lunes, 29 de septiembre de 2014

Back to school...

Ya empezamos un nuevo año escolar... El segundo en este país y les confieso que estaba temblando!!!  Me sentía súper angustiada porque el primer año fue muy difícil, sobretodo para mi hija mayor. Entonces, lloró (bueno, lloramos... porque esto de ver a un hijo sufriendo parte el alma) cerca de dos meses mientras lograba entender por qué nos vinimos y se acostumbraba a un nuevo colegio donde los papás no tienen mucho acceso, de maestras más distantes, de mucha independencia y menos mimos, con otro idioma y de puras caras nuevas.


Esta vez, inició con los mismos nervios y el llanto del lunes y del martes en la mañana por no querer ir. Bueno, no nos tomó por sorpresa, era lo esperado pues los mezclaron a todos y ella quedó sola en su nuevo salón sin ningún amiguito del año pasado. Fue como arrancar de cero otra vez... Nueva maestra y nuevos amigos por hacer.. pero ya al final de la semana, gracias a Dios, era etapa superada. Ufffff!!! Qué alivio!

Por su lado, el varón ni pendiente, creo que es una mezcla entre la simplicidad con la que, como buen hombre, ve las cosas y que está más chiquito. Sin duda, mientras más pequeños están, más fácil es adaptarse a cualquier cambio. El empezó y ya al día siguiente quería invitar a un nuevo amigo a la casa! "Y cómo se llama tu amigo?" -"No se, yo lo llamo: Amigo" Jejeje

Sin duda, el cambio de colegio es uno de los temas más importantes, cuando tienes hijos, a los que te enfrentas cuando sales de Venezuela. Es un sistema muy distinto al nuestro al que también toma tiempo adaptarse, pero como todo, hay cosas buenas y malas.

Empezando porque aquí la cosa no es que te mudas y luego buscas el colegio, no! Primero decides el colegio y luego en dónde vivir, pues si es privado, no importa donde vivas; pero si es público debes vivir en las zonas aledañas a las que les corresponde ese colegio, como debe ser! No como en Caracas, donde uno vivía en Macaracuay y estudiaba en La Florida! Imagínense esa locura! Ya en aquella época teníamos que salir máximo a las 6:15 am para llegar a tiempo... Mi mamá siempre decía: "Los mejores años de mi vida los pasé en la Cota Mil!"...  Terminábamos saliendo de casa a oscuras por el madrugonazo y llegando de noche obligados a hacer vida del otro lado del río en las vespertinas del colegio. Ahora mis hijos entran a las 8:35 am y salimos de casa caminando a las 8:25 am para tener suficiente tiempo de llegar y no correr... Una maravilla!!!

Si bien es cierto que aquí debemos romper con el prejuicio de que el colegio público es peor que el privado (pues en materia de calidad de la educación, son igual o mejores), en comparación con los de Venezuela lo que uno extraña es que allá reciben una formación como más integral, que aquí se pierde, a mi juicio, por varias razones: Primero, son colegios muuuuuy grandes con demasiados alumnos para prestarles una mayor atención a algunas necesidades particulares de cada niño; luego, "se centran más en el fondo que en la forma" como me dijo una maestra asombrada por el orden de los cuadernos de mis hijos y por la letra... Así que aquí debes olvidarte de la caligrafía Palmer, de los márgenes rojos, el respeto solemne a profesores y directores, los uniformes impecables (al menos van uniformados, eso sí!)... Y por último, todo el tema relacionado con las benditas demandas y que cualquier cosa puede ser acoso, termina por hacer que los maestros tiendan a limitarse a dar sus clases y no se les permita (no por su naturaleza, sino por algo impuesto en los colegios) tener esa cercanía a la que, tanto niños como padres, estamos acostumbrados en nuestro país.  Parecen cosas tontas pero esas cosas, según como lo veo yo, también son parte de esa disciplina que forma...

Lo más difícil para mi de manejar, además de unas maestras como de hielo, fue lo hermético que resultan los colegios con el acercamiento de los padres, eso es prácticamente imposible. Tienes que firmar en la entrada frente a un "security" si quieres accesar al colegio para cualquier cosa. Luego uno entiende que todo responde a la seguridad que debe tenerse aquí con tanto loco suelto en las calles y terminas agradeciendo que sea así, pero igual es frustrante al principio...

CÓMO LIDIAR CON ESTOS CAMBIOS

Primero que nada, algo que acordamos en casa fue que nos mudaríamos en una fecha que le permitiera a los niñitos arrancar el colegio con el inicio del año escolar (a pesar de que mi esposo se vino varios meses antes). Eso ayuda mucho pues todos los niños están empezando con las mismas expectativas y en igualdad de condiciones. Llegar a mitad de año implica que ya están los grupos formados, ya llevan un ritmo más adelantado e incluso las maestras no tienen la misma paciencia al inicio del año que en Marzo, por ejemplo,  para lidiar con un niño nuevo que llega con temor a su salón y todo lo que eso implica.

Otra cosa que nos funcionó mucho es que en estos colegios dan premios por muchos conceptos a los niños. Hasta por asistir todos los días a clases les dan su pin de "perfect attendance" y les envían una carta del condado felicitándolos. Con nuestros hijos eso sirvió de bastante apoyo para incentivarlos a asistir al colegio en esos días que no querían, e incluso se trazaron la meta de recolectar la mayor cantidad de pines que pudieran!

Por otro lado, para poder tener mayor presencia en el colegio lo más recomendable es inscribirse en el PTA (Parent-Teacher Association) o cualquier figura de asociación de padres, como padre voluntario. Esto te permite participar en eventos, paseos, etc, conocer mejor a las maestras y entender cómo funciona el colegio y quienes son esas personas contacto que tienen influencia adentro (siempre es necesario conocer a esas personas... Las "palancas"!). También crear desde el principio del año los grupos de chat con las mamás de salón es clave porque aunque pueden ponerse intensos, ayudan con las tareas que no entiendes y siempre hay una mamá que está al tanto de todo (porque seguro está en el PTA), y avisa con tiempo si hay que ir con la franela de tal color, llevar tal colaboración, etc, etc...

En cuanto a la relación con las maestras, me di cuenta que primero debemos mostrarles nosotros a ellas qué tipo de personas somos y cuáles son nuestros valores familiares para que ellas se den permiso de ser diferentes con nuestros hijos. Yo decidí ir por los niños caminando para ver en la salida a las maestras y poder hablar con ellas. Desde el primer día les zampaba su beso y su abrazo! Jejeje... Así fui creando ese lazo que hizo que ellas trasladaran esa confianza a mis hijos y fueran más cariñosas!  Al final, los niñitos terminaron amando literalmente a sus misses!! Y todos felices...!!

Por último, lo más importante es armarnos de mucha paciencia y amor para acompañar a nuestros hijos en esta etapa. Busquemos solidarizarnos con ellos sin subestimar sus sentimientos. Si algo he aprendido de esto es que no podemos decirles, sobre lo que están viviendo, que "eso no es nada" como una forma de tranquilizarlos... Acuérdense que sus problemas son de su tamaño y eso es TODO para ellos. Más bien, debemos hacerles énfasis en que ellos pueden superar ese reto y que, por sobre todas las cosas, siempre contarán con nosotros para lo que necesiten.

Estoy segura que este proceso es distinto para todos y depende mucho de la personalidad y la edad de los niños pero lo que sí es seguro es que ellos terminan adaptándose incluso más rápido que nosotros mismos. Mucha suerte en este nuevo año escolar y mucho éxito!!!

Nos seguimos viendo en la vía...





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