En busca de la felicidad...

Cuando tomamos la difícil decisión de emigrar lo hacemos con la idea de que será algo bueno para nosotros y los nuestros. Independientemente de las circunstancias que nos llevan a tomar esta iniciativa, confiamos en que estemos haciendo lo correcto... En que seremos felices...

En mi caso, yo no era digamos que la promotora de este cambio... ya les conté, yo amaba vivir en Venezuela a pesar de la realidad que nos rodeaba! Hoy agradezco profundamente a mi esposo por su tenacidad y por una visión a largo plazo que yo no tenía... Gracias a su paciencia y constancia, estamos teniendo la oportunidad de vivir esta experiencia que por dónde la vea, es enriquecedora!


Volviendo a mi relato, yo siempre me sentía FELIZ con mi vida allá, simplemente no compartía eso de salir a buscar qué cosa a otro país???? Por eso, en un principio, cuando en mi casa se mencionaba esa idea siempre, absolutamente siempre, terminaba yo peleando, defendiendo mi espacio y estableciendo que no estaba dispuesta a hacerlo... pero luego de un par de algo así como ataques de pánico que sufrí, gracias al tema de la inseguridad que estoy segura nos ha sacado a muchos de Venezuela, ya la idea de partir pasó de ser un tabú a una opción...

Un día, mi esposo me dijo, "me da miedo seguir buscando irnos de aquí si eso va a significar que tu no seas feliz"... Recuerdo que me tomó unos minutos responderle hasta que al final le dije: "te aseguro que yo voy a ser feliz donde vayamos y que voy a ayudarte a ti y a los niños a ser felices".

Pero cómo lograr ser feliz en otro lugar??? Bueno, es que como yo lo digo siempre, la felicidad es una decisión!!! No importa dónde estemos...

Cuando la vida nos pone nuevos retos, la actitud con que los asumamos es clave para lograr el éxito y en el caso de cambiar de país, esto es vital. Con estar convencidos de que al menos vamos a hacer todo lo posible por tratar de ser felices en nuevas tierras, yo diría que ya tenemos la mitad de la batalla ganada... Esa convicción hace que veamos más las oportunidades que los obstáculos!

Y es que todo tiene cosas buenas y malas, entonces busquemos enfocarnos en las cosas buenas de lo nuevo y dejar poco a poco de lado lo bueno que hemos perdido o dejado atrás...

Con esto no quiero decir que tenemos que estar brincando de la emoción todo el tiempo, noooo! Debemos darle permiso a la tristeza, la nostalgia o cualquier sentimiento que vienen en la maleta, pero no dejar que estos se instalen en nuestra casa. Sobretodo cuando tienes hijos, pues como padres tenemos la inmensa responsabilidad de lograr que ellos afronten los cambios también con felicidad!!

Algo que a mi me ayudó enormemente fue el consejo de una tía de esas que siempre te dice cosas que ayudan en la vida, ella me dijo que la energía que yo le pusiera a esto iba a ser la energía del hogar, y me susurró: "si quieres llorar, hazlo cuando te estés bañando para que no se den cuenta"... (Le faltó agregar que también tendría que esperar que no estuvieran en la casa o que estuvieran durmiendo porque si no estarían todos metidos también en el baño conmigo...!!!  Jejeje)

Me pasó un día que busqué a los niños al colegio, llegamos a casa, almorzamos y recogí la cocina, subí a mi cuarto y me acosté, en medio de una nostalgia inmensa... De esos días malos donde lo extrañas todo! Al cabo de  media hora la casa estaba en un silencio total, mi hijo jugaba en su cuarto y mi hija veía televisión pero todo como en "mute"...  Cuando me fijé, todos estábamos contagiados de la misma tristeza, ahí recordé tus palabras tía! Me levanté, prendí las luces, puse música (no para ellos, para mi!), les ofrecí hacer algo de merendar juntos, pregunté por las tareas y otra vez, volvió la alegría a la casa en cuestión de minutos...

Creo que terminaré hoy diciendo que todos tenemos la capacidad de lograrlo, pero el primer paso es querer lograrlo! En palabras de Henry Ford: "Whether you think you can or think you can't, YOU ARE RIGHT!"