El Guayabo... No, no hablo del árbol de la guayaba, ni tampoco de una resaca, ni de una muchacha bonita... No, hablo del guayabo venezolano!
Para los venezolanos el guayabo es una nostalgia enorme... de esas que se sienten cuando alguien termina contigo y te quieres como cortar las venas!!... O cuando escuchas la música que te recuerda un amor que te olvidó... Pero también es el tipo de nostalgia que sientes cuando extrañas a alguien, cuando extrañas viejos momentos y sobretodo cuando emigras y extrañas tu país, tus costumbres, tu gente, tus espacios, tus vivencias allá.. uuufff... Qué guayabo!!!!
Hay días en que es inevitable sentirte enguayabado, sobretodo en este primer año de emigrantes que, además de la tristeza normal por haber partido, suceden cosas, buenas o malas, en las que quisieras estar allá (o que todooooos estuvieran aquí) para compartir esas alegrías o tristezas con tus seres queridos. Y es que esto de querer a tantos es malísimo porque entonces la lista de esas cosas se hace interminable!
Para mí, particularmente, perderme la primera comunión de mi sobrinito y las graduaciones de mis 3 sobrinos grandes este año fue horrible!... y cuando nació mi bebé extrañé a cada uno de mis hermanos, sobrinos, primos, tías, tíos y amigos!!!
Este año también se fue la única abuelita que nos quedaba (y digo "nos" porque yo se la había tomado prestada a mi esposo para mi...). Estábamos recién llegados acá, apenas tres meses y no pude acompañarlo a Caracas porque con todos los problemas con los pasajes a Venezuela sólo conseguimos un boleto y a $3000!!!! Así que fue sólo uno en representación de la familia... Me embriagó un sentimiento que era la mezcla de una triteza enorme de no poder haber dicho "Adios" y de la sensación de lejanía que te da no poder ir a tu país cuando quieras porque no hay pasajes... Entonces como que no estás tan cerca???...
Lo cierto es que uno trata de manejar ese guayabo de la mejor manera... A veces quisiera ni hablar por teléfono en los cumpleaños para no aguar la fiesta, pero bueno hay que armarse de valor... Y me veo contándole a mis hijos historias de mi colegio con mis amigas: cuando nos escapábamos de clases y nos subíamos al techo a comer mango verde con sal, o cuando adelantamos el reloj que daba la hora de la salida durante una semana sin que "nadie lo notara"... De las vacaciones de niños con los primos que pasábamos semanas enteras en la playa, bañándonos en el patio con la manguera y jugando al escondite con las luces apagadas... De la época universitaria con aquellas largas noches estudiando acompañadas por un pote de Nutella con varias cucharitas... O de las competencias de monopatín por los pasillos de la oficina y nuestras tertulias infinitas... Es como si al contarlo pudiera eternizar esos recuerdos en la memoria y volver a sentirlos igualito que hace años... Me encanta cuando mis hijos se ríen a carcajadas con los cuentos! Siento que viven un poquito esos momentos conmigo... Así lo manejo yo, así y con bastante música en español....!!!! jajajaja
HASTA CUÁNDO ESTE GUAYABO??
Con la esperanza de que con el pasar de los años la nostalgia vaya desapareciendo le pregunté a unas amigas y esto fue lo que me contaron:
Eli. Londres. 14 años fuera de Venezuela
"Hace 14 años que puse mi vida en una maleta... Rumbo a Londres... Pensé que viviría un año y aquí vamos 14 y sigue sumando. Entre mis tesoros más preciados esta mi jueguito de café de Hansy y la cafetera que me regaló mi amiga Gisela antes de venirme. Guayabos muchos especialmente los domingos me entra guayabo de almuerzos domingueros en familia... En verano organizo una parrillita con Cuba libres, yuca y guasaca y hago arepitas parrilleras (yo la gallega que no comía arepas en Caracas) e invito a todos mis amigos. Aquí no entienden que el Cuba Libre sea un aperitivo pero yo igual los hago!
En invierno... Pongo mi disco de música llanera o uno de grandes éxitos de Venezuela que trae canciones hasta de Mirla Castellanos y me pongo a cocinar un asado negro o un pabellón. Me sirvo una copita de vino y me pongo a cantar! Y el almuerzo siempre termina tomando café usando mis tacitas de Hansy..."
Morella. Canada. 18 años fuera de Venezuela
"Hehehe...los guayabos!!! Nunca acaban. Ya tengo 18 años en Toronto prima! El tiempo pasa volando. Me acuerdo cuando me iba a casar que tu misma me preguntaste con asombro "More y te vas para siempre?" Y yo te dije: "noooooo! A Nick le encanta Venezuela...yo me lo arrastro para acá" y estuvimos a punto de regresar cuando nació Elías hace 12 años pero el único que nos apoyaba era Gustavo, todo el mundo nos dijo que si estábamos locos.
La verdad siempre hay algo que te da nostalgia. Al principio me costaba muchísimo pasar la Navidad aquí. Escuchar gaitas en el carro en diciembre, no paraba de llorar! La gente pensaría que se había muerto alguien pero no, era pura añoranza! Entonces aprendí a hacer toda la comida navideña (incluyendo hallacas con la receta de tu mama por cierto) y el 24 siempre se cena en mi casa y pongo gaitas y trato de hacerlo lo más divertido que se pueda. Claro hace falta el bochinche, la casa llena de hermanos y sobrinos, mi mamá dirigiendo, pero poco a poco mi familia política se ha ido venezolanisando y ahora si no hago hallacas se mueren.
Pero lo que me da más nostalgia es cuando veo a mis hijos, sobrinos, hijos de mis primos y demás, crecer tan rápido y no poder compartir tantos momentos como lo hacíamos nosotros te acuerdas? Cuando veo fotos de los cumpleaños, parrilladas, comuniones, graduaciones, karaoke en casa de uno y día de la madre en casa del otro, las piñatas de los sobrinos. Las piñatas! Mis hijos han ido a dos piñatas en su vida! Puedes creer? No saben lo que es una rifa, porque aquí las fiestas duran dos horas y te imaginarás que ni tiempo para rifas ni mucho menos póngale la cola al burro! Entonces, les cuento las historia a los chamos y ellos se ríen y preguntan...
Podría seguir por horas porque cuando se lleva tantos años fuera del país he pasado por todos los guayabos que te puedas imaginar. Cuesta mucho transplantar un árbol crecido a otro suelo y que las raíces sigan creciendo sin su abono de costumbre pero las raíces terminan acoplándose. Tu también lo vas a sentir, pero toma tiempo. Tienes algo súper importante a tu favor y es que estás rodeada de primos y amigos con los que creciste, y eso ayuda muchísimo..."
QUÉ TAN SANO ES VIVIR EL GUAYABO? CÓMO LO VE UNA PSICÓLOGA...
Franca. Un poco más de un año fuera de Venezuela
"Estoy tratando de ubicarme en alguna posición para escribir, como hija de inmigrantes, como immigrante que soy hace un año o como psicólogo, pensándolo bien creo que voy a utilizar todas.
Viví toda mi vida en Venezuela como italianos, todo acontecía en la cocina, alrededor de la
comida, amantes del fútbol y de la Ferrari, la mayor ilusión de mis padres era sentarse frente a la
tele antes de un partido o al final de la carrera para escuchar el himno de Italia, escuchábamos
radio de Italia, somos socios del club Italo, mis padres me hablaban en Italiano y esperaban que
yo hiciera lo mismo (nunca lo lograron, lo hablo pero no me salía hacerlo en casa). Los primos y
amigos italianos en Venezuela se convirtieron en tíos y en la familia más cercana, se avisaban
cuando alguno iba o regresaba de Italia para servir de correo, enviar cartas, documentos, fotos,
saludos o lo que se necesitara.
Recuerdo especialmente a mi mamá llorar al escribir las cartas, llorar en eventos familiares, llorar al hablar por teléfono y sobretodo llorar al despedirse de mis abuelos cada vez que íbamos a Italia, esas lágrimas duraban horas durante el viaje y la tristeza y nostalgia comenzaban días antes de la despedida y terminaban mucho tiempo después. Esto es lo que recuerdo con más tristeza y esto es exactamente lo que estoy viviendo ahora, las despedidas es lo que más me cuesta y lo que llevo peor. ¡Cuánto entiendo ahora a mi mamá! Y me duele que ella lo esté viviendo de nuevo conmigo.
Algo que agradeceré siempre a mis padres es la decisión que tomaron, fueron valientes, luchadores y buscaron un mejor futuro para mi, se adaptaron y aprendieron a amar a Venezuela y me enseñaron a hacerlo a mi, me criaron comiendo pasta y arepas, me educaron con lo mejor de las dos culturas y ahora yo espero hacer lo mismo con mis hijos.
Lo mejor de ser inmigrantes es que cada día está lleno de aprendizajes, aventuras, es una montaña rusa de emociones. Lo peor, definitivamente es la llamada "Nostalgia del Extranjero", el guayabo pues.
El proceso migratorio es un cambio muy brusco y como todo cambio tiene ganancias y pérdidas, muchas de estas pérdidas dan lugar a la nostalgia acompañada de tristeza, llanto, cambios de humor, sentimiento de culpa, somatizaciones y en algunos casos desórdenes psíquicos varios.
¿Qué puede ayudar a que esta nostalgia y el sufrimiento que pueda traer se sobrelleve mejor?
Pues que los beneficios superen las pérdidas, que la acogida en el país que llegamos sea buena, que se logren algunas de las metas que nos proponemos, que sintamos que logramos controlar la situación y sobretodo la actitud que tengamos al afrontar estos cambios.
Podemos decir que en este proceso migratorio se vive un duelo, ¿qué es el duelo? Pues un proceso que se vive como respuesta a la pérdida de algo o de alguien. La intensidad de este duelo no depende tanto de lo que se pierde o de lo que se separa sino del significado que se le da, así que a mayor apego tengamos mayor dolor sentiremos. El duelo es un proceso NORMAL, activo y privado, íntimo que busca elaborar y reorganizar sentimientos.
Cada quien vive el duelo a su manera pero muchos psicólogos han escrito y analizado este proceso y lograron identificar las etapas por las que se pasa y son: negación, rabia, negociación, depresión y aceptación. No se suelen vivir de forma lineal, sino que se va hacia adelante y hacia atrás en las etapas. Entre las cosas que debemos realizar para elaborar el duelo sería aceptar la realidad de lo que se perdió, sentir el dolor de la pérdida, adaptarse al medio y recolocar emociones.
Las diferencias de este duelo con el de la muerte de alguien querido, es que la pérdida no es total, es decir el país y las personas de las que nos separamos siguen allí y se pueden seguir visitando pero por otro lado son muchas separaciones que se sufren: duelo por la familia y amigos, por la cultura, la tierra, los paisajes, el clima, el estatus que se tenía, en algunos casos duelo por la lengua, etc.
Aceptar, vivir este duelo y elaborarlo aumentará la confianza en nosotros mismos y de él dependerá la integración al nuevo lugar donde vivimos, y no hablo simplemente de adaptarnos sino de integrarnos, adaptarse es aceptar las nuevas costumbres pero todavía no se han hecho suyas mientras que al integrarse se siente parte del nuevo país, se adquieren parte de sus costumbres aún cuando se reconoce que en parte siempre serán diferentes.
Recuerdo especialmente a mi mamá llorar al escribir las cartas, llorar en eventos familiares, llorar al hablar por teléfono y sobretodo llorar al despedirse de mis abuelos cada vez que íbamos a Italia, esas lágrimas duraban horas durante el viaje y la tristeza y nostalgia comenzaban días antes de la despedida y terminaban mucho tiempo después. Esto es lo que recuerdo con más tristeza y esto es exactamente lo que estoy viviendo ahora, las despedidas es lo que más me cuesta y lo que llevo peor. ¡Cuánto entiendo ahora a mi mamá! Y me duele que ella lo esté viviendo de nuevo conmigo.
Algo que agradeceré siempre a mis padres es la decisión que tomaron, fueron valientes, luchadores y buscaron un mejor futuro para mi, se adaptaron y aprendieron a amar a Venezuela y me enseñaron a hacerlo a mi, me criaron comiendo pasta y arepas, me educaron con lo mejor de las dos culturas y ahora yo espero hacer lo mismo con mis hijos.
Lo mejor de ser inmigrantes es que cada día está lleno de aprendizajes, aventuras, es una montaña rusa de emociones. Lo peor, definitivamente es la llamada "Nostalgia del Extranjero", el guayabo pues.
El proceso migratorio es un cambio muy brusco y como todo cambio tiene ganancias y pérdidas, muchas de estas pérdidas dan lugar a la nostalgia acompañada de tristeza, llanto, cambios de humor, sentimiento de culpa, somatizaciones y en algunos casos desórdenes psíquicos varios.
¿Qué puede ayudar a que esta nostalgia y el sufrimiento que pueda traer se sobrelleve mejor?
Pues que los beneficios superen las pérdidas, que la acogida en el país que llegamos sea buena, que se logren algunas de las metas que nos proponemos, que sintamos que logramos controlar la situación y sobretodo la actitud que tengamos al afrontar estos cambios.
Podemos decir que en este proceso migratorio se vive un duelo, ¿qué es el duelo? Pues un proceso que se vive como respuesta a la pérdida de algo o de alguien. La intensidad de este duelo no depende tanto de lo que se pierde o de lo que se separa sino del significado que se le da, así que a mayor apego tengamos mayor dolor sentiremos. El duelo es un proceso NORMAL, activo y privado, íntimo que busca elaborar y reorganizar sentimientos.
Cada quien vive el duelo a su manera pero muchos psicólogos han escrito y analizado este proceso y lograron identificar las etapas por las que se pasa y son: negación, rabia, negociación, depresión y aceptación. No se suelen vivir de forma lineal, sino que se va hacia adelante y hacia atrás en las etapas. Entre las cosas que debemos realizar para elaborar el duelo sería aceptar la realidad de lo que se perdió, sentir el dolor de la pérdida, adaptarse al medio y recolocar emociones.
Las diferencias de este duelo con el de la muerte de alguien querido, es que la pérdida no es total, es decir el país y las personas de las que nos separamos siguen allí y se pueden seguir visitando pero por otro lado son muchas separaciones que se sufren: duelo por la familia y amigos, por la cultura, la tierra, los paisajes, el clima, el estatus que se tenía, en algunos casos duelo por la lengua, etc.
Aceptar, vivir este duelo y elaborarlo aumentará la confianza en nosotros mismos y de él dependerá la integración al nuevo lugar donde vivimos, y no hablo simplemente de adaptarnos sino de integrarnos, adaptarse es aceptar las nuevas costumbres pero todavía no se han hecho suyas mientras que al integrarse se siente parte del nuevo país, se adquieren parte de sus costumbres aún cuando se reconoce que en parte siempre serán diferentes.
Como dije antes el proceso del duelo cada persona lo vive diferente, dependiendo de su personalidad, sus experiencias previas y su situación actual.
¿Cómo reconocer si el duelo que vivimos es sano o no?
Habría que analizar cada caso de forma diferente, pero puedo dar una pista para analizar el duelo o cualquier otra situación que se esté viviendo: en psicoanálisis se busca que el paciente logre básicamente: ser capaz de amar, trabajar y jugar. Así que, si durante mucho tiempo no se logran realizar algunas de ellas, es que hay un problema y se debe pedir ayuda.
Los seres humanos estamos hechos para amar y compartir, para aprender, trabajar y ser productivo y para jugar y divertirnos, y hay que buscar serlo con quien estemos y donde sea que vivamos"
Después de toda esta reflexión sólo puedo pensar que si te enguayaba significa que todavía es importante para ti... y eso es bueno porque puedes seguir "abonando" ese árbol con tus costumbres y tus valores! Y si lo mezclas con las cosas gratas del país que te acoge, siempre tiene que salir algo magnífico de eso!!!
Suerte y nos seguimos viendo en la vía...
pd: Si tienen alguna duda o pregunta sobre este tema o necesitan ayuda pueden escribirle a Franca Biancamano a su correo fbiancamano@gmail.com
Gracias Franca, Eli y More por hacer este post tan especial!!!!
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