domingo, 22 de febrero de 2015

El amor en tiempos del exilio


El amor en tiempos de exilio... Que no es lo mismo que "El amor en tiempos del cólera", pero que se parece porque los tres, el cólera, el amor y el exilio, pueden tener los mismos síntomas...

Es que bien describió García Márquez, en esta fabulosa obra de amor, las semejanzas del mal de amores con el mal de cólera: las mismas náuseas, vómitos, el dolor general del cuerpo o del alma y las mismas ganas de morirse...

 "Cuando Florentino Ariza la vio por primera vez, su madre lo había descubierto antes de que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas a la cama. Pero cuando empezó a esperar la respuesta a su primera carta, la ansiedad se le complicó con cagantinas y vómitos verdes, perdió el sentido de la orientación y sufría desmayos repentinos, y su madre se aterrorizó porque su estado no se parecía a los desórdenes del amor sino a los estragos del cólera. El padrino de Florentino Ariza, un anciano homeópata que había sido el confidente de Tránsito Ariza desde sus tiempos de amante escondida, se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera. Prescribió infusiones de tilo para entretener los nervios y sugirió un cambio de aires para buscar el consuelo en la distancia, pero lo que anhelaba Florentino Ariza era todo lo contrario: gozar de su martirio."


El amor en los tiempos del cólera (1985)
Gabriel García Marquez

Toda esa ansiedad es la misma que se siente al partir de tu tierra. Esos dolores de estómago que produce la incertidumbre de iniciar una nueva vida en otros horizontes... y supongo que esa indigestión se multiplica más aún cuando has dejado al amor de tu vida en el punto de partida.


Los enamorados que se separan por alguna circunstancia pero con la firme promesa de que el amor superará la distancia y el tiempo...Y la distancia se hace cada vez más larga y el tiempo parece no avanzar cuando esperan noticias del otro...

A diferencia de Florentino que esperaba la carta de su amada Fermina Daza y que tendría el corazón en la boca cada vez que chequeaba la correspondencia, la modernidad ha servido, en estos casos, para enfermar aun más a los novios, pues el cartero lo llevan en la mano y cada vez que resuena o vibra, lo revisan con la ilusión de leer ese "hola" que les ilumine el día.

Y resuena, y resuena... y el "hola"? No, es un mail de trabajo... Y resuena... No, es un mensajito del grupo de la familia... Y resuena... No, es una alarma con la cita del dentista...

Finalmente aparece el -"Hola" que devuelve el alma al cuerpo: -"Cómo estás?"... Y de nuevo empieza la tragedia esperando la respuesta... Ya leyó... Estará conectado?... No hay Wifi... el Whastapp está guindado?... Y esto se repite una y otra vez con el repicar de ese aparatico que les va quitando la vida... 

Qué difícil se les hace el exilio a los amores que están lejos!!! Se vuelve una montaña rusa de emociones, un subi-baja... Un mar de felicidad cuando escribió; un dolor de alma cuando no... El amor se ha puesto a prueba y sólo sabrán, realmente sólo sabrán qué ha pasado con él cuando se vuelvan a ver...  


Cuando llevas el amor en la maleta

Existe otra condición para el amor cuando emigramos, la mía, la mejor de todas, cuando te lo traes en la maleta contigo.

A pesar de estar en la posición más ventajosa, más segura y más deseada, también este amor debe superar las pruebas que supone esta nueva aventura. Recuerdo que yo bromeaba diciendo: "Pueden pasar dos cosas: O me divorcio o voy por el tercer hijo"... Gracias a Dios pasó la segunda!!!! pero la batalla continua...

Cuando uno toma la decisión de partir en familia, el amor sentará las bases antisísmicas de nuestro hogar. Cuanto más amor, más fuerte serán las columnas que sostengan nuestro techo. Y es que se necesitará, entre tantas cosas, mucho afecto, entendimiento, compasión, comprensión, paciencia y respeto para ayudarnos unos a otros a superar los obstáculos y sobrellevar esta nueva vida con felicidad.

Pensando en el amor de pareja, y en mi propia experiencia, creo que hay varias cosas que serán claves para que, pase lo que pase, el amor venza:

- Aquí no hay víctimas ni victimarios. Aunque la oportunidad la haya buscado uno y el otro no estuviera tan convencido, desde el momento que se montan en el avión, la decisión la han asumido los dos y las consecuencias, buenas o malas, también deben asumirse en pareja. No es "culpa tuya porque yo no queria venirme".. Ni "el éxito es mío porque gracias a mi nos vinimos". Reprocharnos constantemente que si yo no quería o tu no querías, nos mantiene en dos caminos en vez de ubicarnos en la misma senda.

- La tolerancia de nuestras diferencias es fundamental. Cada quien vive el exillio a su manera. Si yo estoy feliz no debo esperar que el otro lo esté al mismo tiempo o en la misma medida. Debemos ser muy respetuosos del proceso de cada uno para ir asumiendo una nueva vida, sirviendo de apoyo y nunca presionar para que el otro vaya a nuestro propio ritmo.

- Comunicarnos y ser sinceros en todo momento. A veces las expectativas ante irse a vivir a otro país no son las mismas. Debemos entonces ir con la verdad por delante de lo que cada uno espera de esta experiencia, del plazo que le estamos dando, de lo que esperamos alcanzar, de qué buscamos con este cambio. Lo peor que le puede pasar a la pareja es que alguno sienta que ha sido engañado en este proceso.  Es así como empiezan a ver planes divorciados: uno va a querer comprar casa y el otro no porque  "venimos por poco tiempo", o uno va a querer estudiar y el otro para qué si "antes de terminar el postgrado ya nos devolvemos"... La única forma de trabajar sobre este proyecto es encontrando puntos medios donde ambos estén de acuerdo.

- Ayudarse mucho y ser benevolentes con uno mismo y con el otro. A veces nos exigimos mucho a nosotros mismos y a nuestra pareja. Queremos que todo esté perfecto, ordenado, a tiempo, en fin, que todo marche como debe ser. Pero en el proceso de cualquier cambio debemos darle permiso a que se nos olvide algo, algo salga mal, nos retrasemos o algo este desordenado. Todo eso es normal y debemos apoyarnos para sentir que este es un camino de ilusiones pero también de responsabilidades compartidas. Sobretodo cuando hay niños, es importantísimo que juntos, papá y mamá, los ayudemos a ellos en sus nuevos retos. 

Debemos ser muy bondadosos y pacientes pues ésta es una etapa que exige mucho de nosotros física y mentalmente. En vez de exigirse "romper con la rutina", consentirse de vez en cuando con pequeños detalles termina siendo mucho más efectivo... 

En resumen, rieguen su relación con muchas gotitas de cariño para que, en estos tiempos de exilio, el amor sobreviva siempre!

Suerte y nos seguimos viendo en la vía...












4 comentarios:

  1. Nela como siempre muy hermoso e interesante lo que escribes. Estoy convencida que deberias ser escritora, lo haces muy bien. Deseo que el exito y el amor continuen por siempre. Besos. Beatriz Rojas

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    1. Bea gracias por tus lindas palabras! Un fuerte abrazo! Besos!

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  2. Creo q independientemente donde vayas o estés el amor se debe demostrar con cariño, respeto, solidaridad pero sobretodo compromiso con la decisión tomada. Sigue escribiendo nos llenas de tu optimismo y alegría y a pesar de la distancia te sentimos muy cerca!!! Fuerte Abrazo!! AIP

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    1. Ana! No había leído lo que escribiste! Gracias!!!! Tqm!!!

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