martes, 18 de agosto de 2015

De visita en casa...

Después de casi dos años volvimos a nuestra tierra, de visita... El año pasado no pudimos hacerlo porque salí embarazada y para el verano "estaba de parto", como dicen. Pero esta vez, el Universo conspiró a nuestro favor y por fin nos pudimos ir! (En otra publicación les daré el detalle de cómo fue esa conspiración...).


Fueron días encantados, rodeados de familia y amigos! De mucha fiesta y diversión para mis hijos! Demasiados guateques... Desayunos, almuerzos y meriendas de bienvenida, primeras comuniones, cumpleaños, piñatas, futboladas, piscinadas y pare de contar...

Nos reencontramos con nuestros afectos y pudimos ponernos al día con todos los que vimos: los tíos, los primos, las amigas de toda la vida, de la oficina, los amiguitos del colegio de mis hijos!!

Definitivamente fue un verdadero descanso para mí pues estaba rodeada de brazos para cargar a la bebé y de planes para distraer a los grandes y ya por ahí, fue bastante!!! Me escapé varias veces y sin remordimientos a comer con mis amigas! Lo máximo! "Estas SI son vacaciones" pensaba cuando salía por la puerta de la casa y mis hijos se quedaban felices y hasta la chiquita se despedía con la mano "Chao Chao" sin llorar! Me montaba en un carro prestado, ponía MI musiquita y me iba al encuentro de MI gente a disfrutar de un buen vino y una rica comida! Sin prisa... y además sin pensar "en lo caro que me está saliendo la Nanni por esta gracia" jajajaja

Tampoco tuve que cocinar!!!! Se imaginan eso? "Estas Si son vacaciones"... Disfrutamos de unos desayunos maravillosos con arepitas dulces, empanadas, cachitos, hasta avena me preparaban (porque según mi mamá y mis tías estaba demasiado flaca... jajaja) y yo, dejándome consentir! Almuerzos familiares ricos y caseros, con plátano en todas sus formas, casabe y queso blanco! (Creo que mis hijos grandes se comían un kilo de queso cada dos días!!!)

Entre todos los planes, también hicimos tiempo para ir a unas citas y hacernos unos exámenes de rutina, de esos que se hacen anualmente: dentista, oftalmólogo, dermatólogo, endocrinólogo, exámenes de sangre... Es que con el cambio salen tan bien de precio que por lo que pagas una aquí en Miami, allá pagas diez! (Además que el tema "salud y médicos" sigue siendo de esas cosas que extrañas taaaaantoooo). Ni hablar de la peluquería, me costaba $1 secarme el pelo y otro más hacerme manos y pies!!! Por supuesto quería ir siempre! Jejeje

En fin, que nos faltaron días para todo lo que queríamos hacer... Se pasaron volando!!!

Les confieso que fue una mezcla de sentimientos! De alegría máxima por estar con los nuestros, por las largas conversas con mis amigas, por los juegos de cartas con todas las mujeres de la familia mientras los niños corrían a sus anchas y sin sentirse, jugando en el jardín, bañándose con la manguera o bajo la lluvia con sus primos... Qué divino! Pero también por primera vez desde que me fui, y claro, siendo la primera vez que íbamos de visita, tenía una sensación de "no pertenecer" a la vida de allá que en cierta forma lograba entristecerme si me ponía a prestarle atención... Claro, nosotros éramos los únicos que estábamos de vacaciones. Quienes nos vieron tuvieron que hacer un espacio en sus agendas y en sus rutinas para poder compartir con nosotros. Fue raro sentirnos "de visita en casa"...

Me pasó que mi hijo cumplió años esos días y quiso hacer una futbolada con sus viejos amigos del colegio a quienes ya había visitado y con quienes había compartido varias veces ya... Así que bueno, como hago yo las cosas siempre, preparé rápido un plan para el propio día del cumple, y cuando llamé a las mamás amigas, ese mismo día había una fiesta de un niñito del colegio y todas iban para allá... Ahí fue que me di cuenta de que nosotros ya no éramos de allá... Fue horrible! Y sin querer, lloré, pero luego pensé: "No te pongas así, no es nada del otro mundo... Resuelve!!" Lo cambié para el día siguiente y todos pudieron ir con el mismo cariño de siempre!! Porque el cariño, la amistad, el sentimiento, todo sigue igual, pero la vida continúa... No se paralizó el día que nos fuimos... Ni aquí, ni allá...

Ahora entiendo eso que hablan del sentir del emigrante: Eres extranjero en el país que te recibe, pero luego también lo eres en tu propio país. Es a lo que te enfrentas al partir... El precio que pagas cuando decides irte... Será que algún se pasa la tristeza que esto causa? No lo sé, supongo que sí, pero estoy segura que para eso es necesario que te apropies del suelo que pisas o siempre te vas a sentir en una arena movediza...

Lo bueno es que mis hijos no sintieron nada de esto! Ellos sólo disfrutaron... Ellos sólo se gozaron sus vacaciones en Caracas! Y sé que a la larga si nos toca volver sólo de visita y no para quedarnos, a ellos les pasará como a mis amigas del colegio de papás españoles, italianos o portugueses que eran venezolanísimas pero con papás extranjeros y que nunca se diferenciaron del resto sólo que, además de arepas, a veces llevaban en la lonchera chistorras (verdad eli? Jeje)

En cualquier caso, me encantó volver, nos encantó volver... Sin importar nada, visitar nuestro país, nuestra gente, siempre será reconfortante y siempre nos cargará de energía para seguir adelante...

PD: Gracias a todos los que hicieron estas vacaciones memorables! Los queremos!

Nos seguimos viendo en la vía...

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